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viernes, 30 de mayo de 2014

El tamborilero de Bodonal, que tocando, tocando, se le olvidó tocar

Curioso dicho popular (refrán o proverbio), que sin embargo no he escuchado nunca en Bodonal, pero que ha sido recopilado por diversos autores a lo largo de los tiempos.

El tamborilero de Bodonal, que tocando, tocando, se le olvidó tocar

En Concreto veo una publicación titulada "Dictados Tópicos de Extremadura" publicada por D. Antonio R. Rodriguez Moñino en la revista de Estudios Extremeños en 1931 donde se recoge este dicho popular, y otros en los que cita a Bodonal, y que daremos a conocer en los próximos días.

Se entienden por dictados tópicos unos documentos folklóricos que afectando cualquier forma literaria vulgar se refieran a nombre de pueblos, apodos colectivos de sus habitantes, características y relaciones entre unos y otros, o simplemente sean referencias calificativas de los mismos.

Este dicho popular (se aplica a los que en vez de adelantar en las artes u oficio a que se dedican, atrasan en ellos) es semejante a otro de la zona: "El herrero de Fuentes que machacando, machacando se le olvidó el oficio", y otra versión del mismo, que dice: "El herrero de Fuentes, que a fuerza de machacar se le olvidó el oficio". También relacionado con estos otros, de otros lugares de España: "El tamborilero del Pulgar que se le dan cien para que toque, y doscientos para que deje de tocar", y "El tamborilero de Bujalance, que se le da un maravedí para que toque, y cien para que acabe".

 





1 comentario:

  1. Jesus, es curioso, me acuerdo que cuando vivía en Guadalcanal contaban que una casa de paños y lanas de Sevilla nombró un viajante y lo mando en tren con las muestras en maletas a la Sierra Norte de Sevilla y Sur de Badajoz para hacer clientes entre las tiendas de aquellos pueblos. El hombre ya había visitado Cazalla, Alanis, Guadalcanal y otras poblaciones sin haber vendido nada, pero llego a Llerena y empezó a vender algo, lo que pasaba es que como había pasado cierto tiempo se le estaban acabando los fondos que la empresa le había proporcionado, y entonces puso desde Llerena un telegrama a Sevilla para que le suministraran fondos, que decía : EN ALANIS NADA CONSEGUI , EN GUADALCANAL NA, MANDEN PERRAS A LLERENA QUE LA COSA ESTA BUENA.- La respuesta de la empresa no se hizo esperar, decía : ESTAMOS HARTOS DE TONTOS Y POETAS, QUEDA VD. DESPEDIDO, DEVUELVA POR EL TREN LAS MALETAS.-

    Desde entonces se hizo popular el refrán de : Manden perras a Llerena que la cosa está buena.

    Saludos Jesús

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