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viernes, 8 de diciembre de 2017

En el día de la Inmaculada

Hoy, 8 de diciembre, día de precepto en el orbe católico, es fiesta en toda España, celebrando una de las prerrogativas marianas más queridas por el pueblo llano: la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Dogma proclamado, tal día como hoy, pero de 1854, por el Papa Pío IX. 

El dogma de la Inmaculada Concepción, también conocido como Purísima Concepción, es una creencia del catolicismo que sostiene que María, madre de Jesús, a diferencia de todos los demás seres humanos, no fue alcanzada por el pecado original sino que, desde el primer instante de su concepción, estuvo libre de todo pecado. 
 
 
Inmaculada Concepción - Bodonal  (jC 8-12-2015)
 
 
No debe confundirse esta doctrina con la doctrina de la maternidad virginal de María, que sostiene que Jesús fue concebido sin intervención de varón y que María permaneció virgen antes, durante y después del embarazo.

Hoy es la onomástica de cientos de señoras, jóvenes y niñas que tienen por nombre Inmaculada, Concepción o Pura. Es el santo, también, de nuestras familiares Inmas, Conchis y Conchitas, Puris y Puritas. A todas ellas, felicidades.
 
 
Inmaculada Concepción - Iglesia de la Concepción, Badajoz  (jC 4-12-2017)
 
Entre otros motivos esta festividad tiene su origen en el llamado Milagro de Empel (Holanda) , un suceso acaecido el 7 y 8 de diciembre de 1585, a raíz del cual la Inmaculada Concepción fue proclamada patrona de los Tercios españoles y actual infantería española.
 
De acuerdo con la tradición, el 7 de diciembre de 1585, el Tercio del Maestre de Campo Francisco Arias de Bobadilla (compuesta por unos cinco mil hombres) combatía durante la Guerra de los Ochenta Años en la isla de Bommel, situada entre los ríos Mosa y Waal, bloqueada por completo por la escuadra del almirante Holak. La situación era desesperada para los Tercios españoles, pues, además del estrechamiento del cerco, había que sumarle la escasez de víveres y ropas secas.

El jefe enemigo propuso entonces una rendición honrosa pero la respuesta española fue clara: «Los infantes españoles prefieren la muerte a la deshonra. Ya hablaremos de capitulación después de muertos». Ante tal respuesta, Holak recurrió a un método harto utilizado en ese conflicto: abrir los diques de los ríos para inundar el campamento enemigo. Pronto no quedó más tierra firme que el montecillo de Empel, donde se refugiaron los soldados del Tercio.

En ese crítico momento, de acuerdo con la tradición, un soldado del Tercio cavando una trinchera tropezó con un objeto de madera allí enterrado. Era una tabla flamenca con la imagen de la Inmaculada Concepción.

Anunciado el hallazgo, colocaron la imagen en un improvisado altar y el Maestre Bobadilla, considerando el hecho como señal de la protección divina, instó a sus soldados a luchar encomendándose a la Virgen Inmaculada.

Según indica la citada tradición, un viento completamente inusual e intensamente frío se desató aquella noche, helando las aguas del río Mosa. Los españoles, marchando sobre el hielo, atacaron por sorpresa a la escuadra enemiga al amanecer del día 8 de diciembre y obtuvieron una victoria tan completa que el almirante Holak llegó a decir: «Tal parece que Dios es español al obrar, para mí, tan grande milagro».

Aquel mismo día, entre vítores y aclamaciones, la Inmaculada Concepción es proclamada patrona de los Tercios de Flandes e Italia.
 
 
 
Brindis de los Tercios

Por España y el que quiera defenderla honrado muera;
Y el traidor que la abandone no tenga quien le perdone,
Ni en Tierra Santa cobijo, ni una Cruz en sus despojos,
Ni las manos de un buen hijo para cerrarle los ojos.

Diego Hernando de Acuña
 

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